El relojero manco


     El escritor mina el microrrelato con alguna poesía chiquita y por ahí sutil. En la tertulia, lee su texto y espera. Pero la poesía no estalla.
     La narración es un mecanismo de relojería, dice siempre que encuentra la oportunidad. Y esa noche piensa que deberá ajustar algún tornillo.
     Por la madrugada, un estruendo revienta en su estudio. El narrador –ahora manco– se ha vuelto poeta.

1 comentario:

F. dijo...

Tremendo este micro! Excelente.